Orfa

Serie Mujeres de la Biblia

La breve alusión acerca de Orfa nos muestra el triste caso de un profesante que no tiene ningún vínculo vital con Dios y con su pueblo. Es sorprendente observar cómo la naturaleza humana puede llegar a manifestar una buena profesión. En relación con esto, el apóstol Pablo nos advierte que en los postreros días habrá hombres que “tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2.ª Timoteo 3:5).

La apariencia de piedad que observamos en Orfa nos impresiona. Primero, ella se identifica con Noemí, una verdadera creyente. Leemos en el versículo 7 que Noemí “Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar...” Parecería que Orfa ha dejado atrás su vida anterior y comienza a caminar hacia la tierra de Dios. Entonces, comienza la prueba: se le presenta a Orfa la oportunidad de regresar a su casa. Noemí les dice a sus nueras: “Andad, volveos
cada una a la casa de su madre”. Esta propuesta que realiza Noemí pone de manifiesto el afecto natural que Orfa sentía por ella, porque leemos que “(Orfa y Rut) alzaron su voz y lloraron” (v.9). Ciertamente, todo esto nos hace pensar que Orfa está a punto de pasar victoriosa por la prueba. Parecería que definitivamente va a tomar la decisión de ponerse del lado de Noemí y del pueblo de Dios, porque se une con Rut para decir: “Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo” (v. 10). Más aún, Orfa muestra afecto natural: “Y Orfa besó a su suegra” (v. 14).

Sin embargo, a pesar de su identificación con Noemí, sus lágrimas, sus palabras amables y sus besos, finalmente ella retorna a su pueblo, a sus dioses y a su tierra, y no leemos más acerca de Orfa. Ella era una buena profesante y hasta tenía apariencia de piedad, pero le faltaba lo más importante: una fe simple en Dios.

Hamilton Smith
Image and video hosting by TinyPic

Entradas que pueden interesarte