Mujer voluntariosa: Aicha Ech Chana

Informe especial - La expulsión de Marruecos de numerosos cristianos y el cierre de un hogar de niños en Ain Leuh, montañas del Atlas, saca a la luz el drama de las madres solteras y sus bebés. Estas mujeres, repudiadas por sus familias y rechazadas por sus vecinos, muchas veces se ven prácticamente obligadas a abandonar a sus hijos recién nacidos, después de haber pasado insospechadas penurias. Ese es el origen de niños abandonados que viven en los mal llamados “orfanatorios”.

HIJOS DE LA VERGÜENZA

Quedar embarazada sin estar casada, es lo peor que le puede suceder a una joven en Marruecos. La ley prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio y una mujer soltera que ha perdido la virginidad es considerada legalmente “prostituta” y merece ser encarcelada. Pero, aunque esto no sucediera, la mujer soltera embarazada recibe el rechazo de su familia, la expulsión del hogar, castigos físicos y a veces la exigencia de abortar.



Como consecuencia de tal legislación y de la presión familiar para salvaguardar el honor, la mayoría de las madres solteras se ven prácticamente obligadas a abandonar a sus bebés. ¿A dónde iría una mujer sola, con un niño en brazos? Repudiada, pobre, analfabeta, sin posibilidades de casarse alguna vez… Sólo le resta liberarse del “bebé vergüenza” e intentar continuar su vida.

Esta práctica en muy corriente en Marruecos, como atestigua la existencia de centros para niños abandonados en cada ciudad medianamente importante. Cientos y cientos de pequeños en todo el territorio están a cargo del estado o de asociaciones, tutelados por un juez, esperando ser adoptados… cosa muy poco probable, sobre todo en el caso de los varoncitos ya que los musulmanes rechazan la idea de la adopción y en caso de llegar a hacer este proceso se interesan por las niñas, generalmente para convertirlas en sirvientas. Por otra parte, existen muchas trabas para la adopción internacional, comenzando por la exigencia de una declaración de fe musulmana.

MUJERES SOLIDARIAS

El gobierno no ofrece a las madres solteras la posibilidad de restauración y reinserción social. Eso sería ir en contra de las propias leyes y la moral musulmana. El Estado y la sociedad prefieren esconder los bebés, llamarlos “huérfanos”, hacinarlos en tristes instituciones.

Algunas valientes mujeres han tomado la iniciativa de desarrollar proyectos solidarios en auxilio de estas jóvenes mamás, muchas de las cuales han sido violadas por familiares o empleadores (la servidumbre doméstica es una práctica corriente en el país y niñas de 12 o 14 años deben satisfacer todas las demandas de sus “amos”, incluso las sexuales).

La pionera en la visión de devolver la dignidad a esas mujeres, enseñarles un oficio y permitirles reinsertarse en la sociedad como personas útiles, ha sido Aicha Ech Chana.

Esta mujer voluntariosa, que en varias oportunidades ha recibido amenaza de los islamistas radicales, deplora el modo en que la sociedad marroquí trata a las madres solteras. En 1985 fundó en Casablanca la Asociación Solidaridad Femenina, una ONG laica y apolítica.

La entidad cuenta con residencias donde las jóvenes mamás pueden vivir con sus hijos durante los dos primeros años, mientras aprenden un oficio y trabajan en alguno de los microemprendimientos de la asociación: restaurantes, lavanderías, hamman (baño tradicional, estilo romano, con sala de masajes).

En Tánger, Claire Trichot, una joven abogada de origen francés, dirige desde hace 10 años la ONG Cien por Cien Mamá. "En Marruecos ser madre soltera es un delito penado. Tener un hijo o hija fuera del matrimonio supone de tres a seis meses de cárcel", denuncia.

La asociación que preside ayuda actualmente a unas 70 mujeres "excluidas por sus familias y por la sociedad marroquí en general" por haber sido madres al margen del matrimonio, un hecho que además afecta, sobre todo, a quienes tienen altísimas tasas de analfabetismo. Trichot remarca que mientras las cifras apuntan que el 60% de la población de este país del Magreb no sabe leer ni escribir, en el caso de las madres solteras el porcentaje alcanza el 80%.

Como primera medida para paliar la situación, la organización no gubernamental acoge en una vivienda a la mujer que acaba o va a dar a luz. Y, después, empieza a trabajar con ella en espacios polivalentes.

Cien por Cien Mamá trabaja para "reinsertar" socialmente a este colectivo y busca prevenir además el "abandono" de los bebés recién nacidos.

En Errachidia, a las puertas del desierto, la religiosa española Josefa Benavent Murillo atiende a bebés abandonados por sus madres, en la mayoría de los casos "por el temor de que las maten por haberlos tenido siendo solteras, algo que aquí, generalmente, no está bien aceptado", explicó a un periodista español en 2009 esta valenciana de 73 años.

Según informaron fuentes eclesiásticas, Benavent, perteneciente a la orden religiosa de las Franciscanas Misioneras de María, "alimenta, lava y viste a los bebés en el hospital de Errachidia, donde permanecen hasta que son adoptados".

La religiosa destacó que "en la transmisión del cristianismo en estos lugares es particularmente importante el testimonio de vida". Cuando "ven que les ayudamos de una manera gratuita eso les extraña en un primer momento y hace surgir un gran respeto por nosotras", manifestó.

Nota: la información sobre las ONGs que trabajan con madres solteras en Marruecos ha sido tomada de diferentes medios de prensa y se halla disponibles en Internet.


Verónica Rossato (periodista y escritora)


© V. Rossato, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

Aporte: Silvia R de Chiappero


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