Mary Anderson y su invento

Este siglo XXI es muy propicio para aquellos que desean desarrollar sus vocaciones y talentos. Los jóvenes cuentan con innumerables opciones de estudio y capacitación, tanto en países del primer mundo como en los de un desarrollo menor. No siempre ha sido así, y aún ha sido más difícil para la mujer, ya que socialmente, desarrollar el intelecto era cosa de hombres.

A veces no tenemos que ir tan lejos en la historia para encontrarnos con esta realidad: mujeres que se creen menos, que no están capacitadas para crear o desarrollar sus talentos. Tal vez, víctimas de una triste experiencia de vida, creen que nada bueno puede salir de ellas y se dedican a "sobrevivir" simplemente, aceptando roles que la sociedad discrimina.

Querida, amiga te hago una pregunta, la misma que Dios hizo a Moisés: "¿Qué es eso que tienes en tu mano?" (Ex 4:2)  Tal vez tengas alguna habilidad, algún talento, o quizás tengas iniciativa, o una idea, algo que tienes y que Dios te ha dado para que florezca en tus manos con Su ayuda.


 
Muchas mujeres realizaron grandes aportes a la humanidad. En este caso, si bien no es un descubrimiento científico o matemático, es un aporte muy útil, tanto que aún nada lo ha podido superar para la función que cumple.

Te presento a Mary Anderson...

Mary Anderson nació en Alabama en 1866, cuando el sur de Estados Unidos inicia la reconstrucción al finalizar la guerra civil. En 1889 se traslada con su madre y su hermana a la floreciente ciudad de Birmingham. Parece ser que allí las cosas les fueron bien como empresarias de la construcción. En 1898 Anderson se traslada a California donde se compra un rancho que le va a permitir dedicarse al negocio de la ganaderia y de los vinos.

Pero en 1902 tuvo que marchar a Birmingham, debía cuidar a una excéntrica tía suya que había enfermado, y que había metido en su habitación 17 grandes y pesados troncos de madera. Cuando la tía murió dentro de los troncos aparecieron joyas y oro, que dejaron a la familia en una situación financiera inmejorable. Mary aprovechó la ocasion para hacer un viaje con los amigos.

En 1903, mientras viajaba en tranvía, observó como el conductor debía bajar constantemente a limpiar la nieve y el hielo que caía en los cristales. Mary había pensado varias soluciones sin dar con ninguna que le pareciera satisfactoria. Pero finalmente tuvo una idea que apuntó en su libreta de bocetos. Se le ocurrió un brazo giratorio con una lámina de caucho que el conductor podía accionar a través de una palanca. El limpiaparabrisas windsheld se convirtió en el equipo estándar de todos los coches de 1916.

Esta mujer fue una empresaria desde su juventud. Hoy en día la llamarían emprendedora tanto por su iniciativa y su empuje para crear empresas, como por su capacidad inventiva y originalidad. Falleció en 1953


http://enlacresta2.wordpress.com/2009/02/09/mary-anderson-1866-1953/



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